Por Héctor García
Está comprobado que el deporte dirigido y administrado por los sectores económicamente poderosos de cada nación dejan resultados positivos que son de gran ayuda a los atletas.
Esos sectores se encargan de las operaciones de las oficinas y manejan todo lo relacionado a contrataciones y comercialización, entre otros y dejan en manos de los técnicos los asuntos del terreno de juego.
Comprobado está que así funcionan como empresas prósperas y tienen éxitos en lo competitivo.
Al deporte dominicano en los últimos años se han agregado sectores económicos poderosos en varias disciplinas y el deporte escolar y los buenos resultados se han visto de inmediato.
La llegada, vía el fútbol, de un grupo de empresarios, primero de Santiago y luego de otras provincias, han puesto esa disciplina por las nubes.
Manuel Estrella y Felito García construyeron en Santiago, uno de los estadios más modernos del área del Caribe (El Cibao FC), tras la formación del equipo Cibao FC que participa en la Liga Dominicana de Fútbol.
Por ahí siguieron el exjugador Rubén García, de Puerto Plata, y por espacio de tiempo incluyó solo a una mujer, Yanet Rivera de Mejía, quien instaló una sobresaliente academia de fútbol Soccer para niños.
Qué decir del significativo aporte de las familias Najri y Bonetti al baloncesto y Cristóbal Marte en el voleibol.
Hay quienes opinan que muchos de ellos llegaron al deporte, no a contribuir, sino con otros fines, opiniones que respeto, pero reafirmo que esas empresas privadas están cumpliendo con una cuota de la responsabilidad social, algo no muy común por estos lares.
Ustedes saben que el Estado, principal protector del deporte, carece de planes, de visión y continuidady deja al sector privado tomar las iniciativas.
Un ejemplo de buena coordinación Estado y Empresa Privada son Creando Sueños Olímpicos (CRESO) y Pro Béisbol, ambas organizaciones capitaneadas por prominentes hombres de negocios que han garantizado la preparación de muchos deportistas.
El 93% de las instalaciones deportivas tales como, estadios béisbol, techados de baloncesto, campos de fútbol, pistas atletismo, complejos de natación y todos los demás es propiedad y ejecutoria del Estado y el mantenimiento de estos es muy deficitario.
Sin embargo, los colegios privados costosos de República Dominicana han ejecutado millonarios y excelentes planes polideportivos.
Las instalaciones construídas por el Colegio New Horizons tanto en Santo Domingo como en Santiago, el Loyola, Carol Morgan y las universidades privadas han sido una inyección salvadora para el deporte dominicano, amén de que mantienen esas instalaciones en excelentes condiciones y al servicio de la comunidad.
New Horizons Sports Hall Santo Domingo
En cambio, no es desconocido para nadie el deterioro que por uso o abandono sufren los complejos oficiales.
No hay dudas que es imperativo y preponderante la modificación de la Ley General de Deportes y especializar una parte de ella para crear el marco legal de la financiacion a eventos y construcciones deportivas.
