
Por Dr. Fernando Pérez Ubiera
Cuando un familiar o amigo nuestro o nosotros mismos somos sometidos a una intervención quirúrgica, vemos con frecuencia que el paciente vomita una o varias veces.
Los allegados y familiares atribuyen ésto a la anestesia, pero no es correcta esta afirmación.
Lo que en realidad sucede es que cuando se incinde, o sea, se abre la cavidad abdominal, se produce lo que llamamos un íleo paralítico reflejo, esto es, las asas intestinales se trancan, no se mueven y si el paciente había ingerido algo sólido o líquido pues nuestro organismo tiende a expulsarlo por la boca, pues al estar paralizado, cerrado nuestro aparato digestivo, pues la única vía abierta es la boca.
Mientras el intestino está en esa situación, no se le puede dar nada de beber o comer al paciente hasta que éste luego de la cirugía no expulse gases por el recto.
Inmediatamente el paciente expulsa el primer gas por el ano, este es el signo de que ya los intestinos se están moviendo, que ya están normales y el paciente puede empezar su alimentación normal.
Ahora bien, la pregunta que ustedes amigos lectores se están haciendo es: Entonces,por dónde y cómo se elimina la anestesia?
La anestesia general la cual consiste principalmente de gases halogenados, se elimina por las vías respiratorias, o sea, por los pulmones.
Las anestesias regionales, las que anestesian sólo áreas determinadas del cuerpo, p/ej. la parte inferior del cuerpo, o un brazo, o una pierna, ese tipo de anestesia se eliminan por la orina.
Ejemplo de éstas son la anestesia peridural, ampliamente usada en cirugía plástica y en cesáreas y la anestesia subaracnoidea(llamada raquídea por el vulgo).
En resumen, los vómitos luego de un procedimiento quirúrgico no son producidos por la anestesia, sea esta general o regional.
En otro tenor, a veces se le administra anestesia regional (peridural ó subaracnoidea) a un paciente y el cirujano antes de empezar hace una prueba, le da un pellizco al paciente, y el paciente se queja, dice me duele doctor.
Entonces, que pasó ahí?:
El paciente dice «Es que yo no cojo la anestesia», pero la realidad es que quien falló fue el anestesiólogo, quien para decirlo en términos populares, no puso la anestesia en el sitio correcto.
