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Reportaje Especial

Una derrota que todavía duele

Vivo el recuerdo de la medalla de bronce que se le escapó a Puerto Rico ante Estados Unidos en el Mundial de Argentina de 1990

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Ramón Rivas, Raymond Gausse, José «Piculín» Ortiz, Fico López y Jerome Mincy formaron parte de la escuadra boricua. 
Por Yamaira Muñiz

SAN JUAN, Puerto Rico.- Con la dedicatoria de la temporada 2020 del Baloncesto Superior Nacional (BSN) al equipo nacional que llegó cuarto en el Mundial de 1990 en Argentina, resaltan las palabras de agradecimiento de parte y parte por reconocer esa histórica gesta que no ha vuelto a ocurrir.

Sin embargo, también trae a la memoria ese momento en el que a Puerto Rico se le escapó de las manos la medalla de bronce aquel 18 de agosto contra Estados Unidos. Una derrota que todavía duele en las entrañas.

“Mi papá me dice que cuando el grupo de Atoprico (Asociación de Turistas Olímpicos de Puerto Rico) llegó al hotel no había nadie que no estuviera llorando después de ese juego”, recordó el otrora delantero y pívot de la escuadra boricua, Orlando “Pipo” Marrero, a EL VOCERO.

Porque es que después de terminar invictos la fase preliminar derrotando a una potencia como Yugoslavia, y tener la oportunidad histórica de derrotar dos veces seguidas a la representación estadounidense en torneos internacionales y ganar una medalla con los originales 12 Magníficos para después perder; lloraría cualquiera.

“Era un juego que teníamos casi cerrado en una caja fuerte y de momento se nos fue”, prosiguió Marrero, quien actualmente vive y trabaja en Houston en una compañía que hace techos industriales. “Pero después el pueblo de Puerto Rico reconoció esa hazaña (del cuarto lugar)”.

Además de Marrero, esa escuadra boricua contaba con José “Piculín” Ortiz, Federico “Fico” López, Raymond Gausse, José “Papote” Agosto, Jerome Mincy, James Carter, Angelo Cruz, Ramón Rivas, Edgar León, Papiro León y Georgie Tores.

De esos, otro que recuerda muy bien aquel momento fue Carter.

“Era mi segundo año con la selección. Yo no tenía mucha experiencia. En ese torneo no jugué mucho. Pero en el último juego estuve en los últimos segundos y si ves el video yo tuve la oportunidad de tirar una güira porque estaba prácticamente solo. Pero las instrucciones eran no tirar y matar el tiempo. Si yo metía esa güira faltando solo par de segundos, nos íbamos arriba por cuatro y ellos no podían ganar el juego. Ahora yo veo ese juego y digo: lo teníamos en las manos”, contó Carter, quien actualmente trabaja en la organización sin fines de lucro New York Edge.

Después de esa jugada, Puerto Rico – piloteado por Raymond Dalmau – botó el balón con seis segundos en el reloj y Kenny Anderson, de Estados Unidos, que remontó una desventaja de ocho puntos (96-88) en el minuto final, anotó dos tiros libres sin tiempo en el reloj para provocar la prórroga. En los minutos adicionales los estadounidenses se fueron al frente 103-98 y al final obtuvieron la victoria por 107-105 para quedarse con la presea de bronce. Yugoslavia cargó con el oro al derrotar a la Unión Soviética.

Pero independientemente de lo que pasó allí, Puerto Rico puede decir que un día fue cuarto en el mundo.

“La dedicatoria es bien merecida. Nosotros jugamos en esa competencia y pudimos llegar más lejos. Pero el equipo logró algo que no había logrado antes”, concluyó Torres.

Vía: El Vocero

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