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Efemerides Rafael Baldayac

Torneo invernal 1965-66: eslabón perdido del beisbol profesional 

Torneo organizado por la Federación Nacional de Peloteros Profesionales tuvo momento memorable con el zurdo Rolando Rivas, lanzando para los Mameyes (Aguilas Cibaeñas) un no hitter contra los Azules (Tigres del Licey) en el Estadio Cibao hace 56 años.

EFEMERIDES ESPECIAL 13 FEBRERO 1966:

Por Rafael Baldayac

Son muchas las páginas del libro que recoge la historia de nuestro beisbol profesional, que de manera injustificable, se han querido borrar, anular, tachar o quitar caprichosamente.

Una de ella se escribió con tinta indeleble en el campeonato de 1965-66 organizado por la Federación de Peloteros ante el receso decidido por la  Liga Dominicana de Béisbol Profesional (Lidom).

Calificado como un eslabón perdido, durante torneo otoño invernal correspondiente a la temporada 1965-66, el serpentinero zurdo Rolando Rivas, lanzando para los Mameyes (Aguilas Cibaeñas), tiró un juego sin hits ni carreras.

La memorable hazaña de Rolando Rivas se produjo la tarde del domingo 13 de febrero de 1966 al vencer 3-0 a los Azules (Tigres del Licey) en el Estadio Cibao.

Rolando Rivas (10-1) se presentó con un gran control de sus lanzamientos rompientes para anotarse su décimo triunfo de la campaña con la escuadra cibaeña, eliminando de paso a los azules capitalinos que quedaron el sótano del torneo.

El zurdo Rivas estuvo tan brillante estuvo en la colina central que llegó al noveno inning sin permitir que los rivales azules pisaran la intermedia, durante el partido escenificado en el Estadio Cibao.

FOTO: Rolando Rivas, firmado originalmente por los Piratas de Pittsburgh, aparece  junto a su hermano mayor, el fenecido Danilo  Rivas, de los Leones del Escogido, uno de los grandes lanzadores zurdo en la historia del beisbol dominicano.

Los locales ganaron tres a cero detrás de esta magnífica labor monticular de Rivas que se enfrasco en un gran duelo contra Milcíades Olivo, resultó el pitcher derrotado,  y la disputa llegó al octavo episodio sin ano­taciones.

El nativo de Salcedo termino su excelente labor ponchando a cinco bateadores, otorgó dos boletos gratis. Olivo de su parte abanico a siete, pero cedió cinco bases por bolas, siendo relevado en el noveno por Pascual Rivas.

Rolando Rivas, nunca llegó a lanzar en las mayores, pero permaneció cuatro años en los circuitos minoritarios de los Estados Unidos y siete en la liga veraniega mexicana.

Sus estadísticas totales en once años de carrera en el exterior muestran que tuvo marca de 79-80 actuando en 326 partidos, 65 completos, con 7 blanquedas.

Tiró en 1,349.0 episodios en el montículo con 947 ponches y 543 bases por bola, permitiendo 543 carreras limpias para efectividad vitalicia de 3.62 en ambos escenarios norteños.

ULTIMO RECESO EN HISTORIA DE LIDOM

Esta fue la última vez que Lidom dejó de montar el tradicional tor­neo de béisbol profesional el cual debió corresponder a la campaña de 1965-66, considerado como un “eslabón perdido” de acuerdo al historiador Tony Piña Campora.

Según Lidom la ra­zón por la que dejó que se jugara pelota invernal sin su participación fue debido a las condiciones socio-políticas impe­rantes heredadas del conflicto cívico-mili­tar que había concluido en septiembre de ese año.

Esa inestabilidad estuvo vinculada a la cambiante situación política y social del país generada a partir de 1960 con el deterioro del régimen trujillista y su posterior caída en 1961, pasando por el golpe de estado de 1963 que a su vez generó la guerra civil de 1965. El béisbol no podía soslayarse de su entorno.

Eso provocó que la Federación de Pe­loteros Profesionales decidiera organizar un certamen con los jugadores dispuestos a participar.

Con ese fin se constituyeron tres equipos; dos con sede en Santo Do­mingo nombrados Rojos y Azules y uno en Santiago denominado Mameyes.

Conclu­yó produciendo un campeón, el equipo de los Rojos que superó a los Mameyes en la Serie Final tres victorias a una y a pesar del éxodo de algunos estelares a circuitos vecinos, en ese torneo participaron mu­chos otros de alto nivel.

Como los resul­tados de la actividad no fueron recogidos por Lidom, estos han caído en el olvido, pero no por eso dejaron de tener trascen­dencia.

“Quizás lo más importante, sobre todo por la escasez del suceso en los anales de la actividad, fue el jue­go sin hits ni carreras que el zurdo Rolando Rivas alcanzó en San­tiago lanzando para los Mameyes frente a los Azules” comenta  Piña Campora.

EXISTOSA ORGANIZACIÓN CAMPEONATO 1965-66

El torneo de beisbol profesional correspondiente a la temporada 1965-66 que se negó a organizar la Lidom por alegada falta de condiciones, termino exitosamente pese que tuvo que enfrentar ciertos contratiempos por la situación de inestabilidad imperante en la nación.

Se programaron inicialmente jugar 57 partidos por equipo, abriendo el campeonato el viernes 12 de diciembre de 1965 con choque inaugural entre Rojos y Azules en el Estadio Quisqueya de la capital.

La ronda regular del torneo concluyó el 13 de febrero de 1966 con un poco más de treinta efectuados por cada uno de los tres grupos que se organizaron y la serie final el 21 de febrero con un triunfos de los escarlatas.

Señala que la mayoría de los juegos se debieron desarrollar en Santiago y la indicada etapa la ganaron los Rojos con marca de 20-14, Mameyes terminaron con 18-15 y los Azules descartados con 13-22. En la final se coronaron los Rojos.

De manera que la validez del campeonato de 1965-66 está sustentada en que el mismo se jugó con tres de los tradicionales conjuntos nuestros: Mameyes (Aguilas Cibaeñas), Rojos (Leones del Escogido) y Azules (Tigres del Licey).

Todo lo que paso en ese certamen está registrado en los periódicos de la época.

Queda establecido que este campeonato nacional de béisbol profesional se inauguró el viernes 12 de diciembre de 1965, organizado por la Federación de Peloteros Dominicanos, que presidía  el santiagués don Horacio Martínez.

Y ciertamente, el evento a base de jugadores nativos no contó con el aval de la Lidom que se negó al montar el torneo debido a la crisis política que imperaba en el país.

Vicente Scarpatte (Aguilas), Pepe Lucas (Escogido) y Luis Báez (Licey) eran los managers de los tres tradicionales clubes de la pelota profesional nuestra.

Este torneo correspondiente a la temporada 1965-66 abarcó casi tres meses, ya que terminó el 21 de febrero de 1966 con la victoria de los rojos del Escogido.

JUGADORES NATIVOS CON ESTADÍSTICAS PERDIDAS

La mayoría de los peloteros criollos, incluyendo los bigleaguers Felipe Alou, Juan Marichal, Julián Javier, Mateo Alou, Manny Mota, Ricardo Joseph, Manuel Emilio Jiménez y Winston Llenas, vieron acción en el campeonato invernal de 1965-66.

Otros como Rico Carty, Roberto Peña, Félix Santana, Pedro Reynoso y Víctor Horacio Nazario, prefirieron irse a jugar a la liga invernal de Venezuela.

Hay también que destacar, actuaciones como las de los hermanos Felipe y Ma­teo Alou con los Rojos. Mateíto enca­bezó en empujadas (27), anotadas (17),  hits (40) y bases robadas (16) y Felipe en slugging con .537.

Víctor Davis (Azules)  fue líder bate con 362 (38 hits en 105 turnos). Manuel Mota jugó con los Azules liderando en bases alcanzadas (59) y dobles (11).

El jardinero Víctor Ramírez de los Mameyes obtuvo el liderato de jonrones con cinco. En anotadas fueron colíderes Manny Mota, Víctor Davis y Julio Almonte (17).

Mientras que en materia de pitcheo Chichí Olivo defendió la enseña santiaguera ga­nando el liderato de efectividad con 1.40 en promedio de carre­ras Limpias tirando en 45 episodios.

Rolando Rivas fue el líder en ganados y perdidos registrando diez victorias con una derrota y PCL de 2.05 en 83.1 entradas y Oli­vo que capitaneó en capítulos completados y ponches propinados con 88 y 74 respecti­vamente.

Esos hechos indican que el esfuer­zo de la Federación Nacional de Peloteros cumplió su cometido, organizado con éxito este torneo de 1965-66 ante el receso decidido por Lidom.

MUCHOS BRILLARON EN PUERTO RICO Y VENEZUELA

Muchos jugadores de alto nivel de la época, participaron en este certamen, pero asimismo otros emigraron a circuitos invernales vecinos, especialmente a Puerto Rico y Venezuela.

En Puerto Rico reforzaron a los Senadores de San Juan el intermedista Pedro González y el jardinero Jesús Alou, pero el grueso de estos se instalaron en Venezuela cuyo circuito estrenaba expansión con el nacimiento de los Tigres de Aragua y los Cardenales de Lara.

Con estos últimos tuvieron destacada actuación Federico Velázquez como su receptor, Ricardo Joseph defendiendo la inicial y José Vidal en los bosques.

Su dirigente era el cubano Rodolfo Fernández, el mismo que había conducido a las Águilas Cibaeñas a obtener la primera corona de su historia en 1952.

Mientras que con Aragua participaron Ricardo Carty; Roberto Peña y Félix Santana como combinación de campocorto e intermedia, además de Elvio Jiménez y brevemente el lanzador Silvano Quezada.

El hecho más sobresaliente de esa diáspora lo protagonizó Carty. Su aporte ofensivo fue extraordinario; en 34 juegos en que participó con los Tigres venezolanos disparó trece cuadrangulares obteniendo la corona del departamento.

Carty además remolcó un total de 32 anotaciones, con elevado promedio de bateo de .392 en 125 turnos al bate.

Doce años después, en la Serie del Caribe de 1977 realizada en esa nación, el toletero dominicano realizó otra hazaña similar cuando disparó cinco jonrones estableciendo una marca que perdura.

Con su poderoso bate, Ricardo Carty plasmó de esa manera su nombre en la historia del béisbol de Venezuela.

Este torneo fue el último que la Lidom suspendía y cerrando un ciclo de inestabilidad que afectó el evento durante cinco años. A partir de 1966-67 se reiniciaron sin interrupción.///

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