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Efemerides Rafael Baldayac

Parque “Eugenio María de Hostos”, 60 años de historia

La Liga Hostosiana de la República Dominicana cuestionó el proyecto de ley que procura cambiar el nombre al parque Eugenio María de Hotos, ubicado en el Malecón, en la capital.

EFEMERIDES ESPECIAL 16 DE AGOSTO 1961:

Por Rafael Baldayac

El emblemático y  legendario Parque Eugenio Maria de Hostos de la ciudad capital, conmemora el 60 aniversario de haber adoptado el nombre del insigne filósofo,  escritor  y educador puertorriqueño que fundó las Escuelas Normales de la República Dominicana.

La instalación deportiva  fue  reinaugurada en la víspera del miércoles 16 de agosto de 1961 en memoria del ilustre profesor Eugenio Maria de Hostos, pasando así su administración a la entonces Dirección General de Deportes (DGD), a cargo de Felix Mario Aguiar.

Mediante la administración de la gubernamental DGD el parque capitalino sirvió de escenario para la celebración de  las principales actividades deportivas después de la desaparición del tirano Rafael Leónidas Trujillo en 1961.

Muchas de estos eventos con la participación de estudiantes de los centros educativos fundado por el eximio maestro, conocido como «El Gran Ciudadano de las Américas»  por haber entregado su existencia a la lucha por la emancipación de su patria, la unidad de las Antillas y de América Latina.

Este célebre intelectual de fama mundial, que revolucionó la educación dominicana, es considerado uno de los más grandes genios de Latinoamérica del siglo XIX. Por su extraordinaria gesta, muchos países lo reclaman como su hijo.

PARQUE INFANTIL RAMFIS TRUJILLO

Trujillo en estos terrenos originalmente había levantado esta instalación en el año 1936, a fin de complacer las ambiciones de sus hijos, ordenando la construcción de un parque infantil, el cual llevaría el nombre de «Ramfis», su hijo mayor.

Este parque deportivo y recreativo se construyó con una piscina, una pista de patinaje y juegos infantiles que consistían  en trompos, sube y baja, columpios, y otros juegos para la diversión de los niños.

Más adelante en el año 1959, este parque fue remodelado por el ingeniero Joaquín Canaán, por orden del mismo Trujillo y se levantó el auditórium, donde automáticamente quedó anulada la piscina convirtiéndose esta en cancha para la práctica voleibol y baloncesto.

La cancha disponía  gradas rústicas construidas a todo el alrededor, con un espacio físico de alojamiento al público de tres mil quinientas personas aproximadamente, y la pista de patinaje pasó a ser cancha de tenis.

Además, por la parte interna debajo de las gradas, se habilitaron dos gimnasios con sus respectivos camerinos con pasarelas que se comunicaban entre sí, una puerta principal y dos  inmensas  puertas laterales.

Estos gimnasios rendían un gran servicio a la juventud dominicana ya que este Auditorium fue escogido como escenario para  exhibición de las disciplinas de boxeo, lucha olímpica, kárate,  judo y presentación de la lucha libre.

Con esta nueva estructura el 15 de agosto de 1961, dos meses y medio después del ajusticiamiento de Trujillo, la instalación deportiva recibió el cambio de nombre para hacerle justo honor al reconocido educador, periodista y escritor: Eugenio María de Hostos, pasando así a la administración de la entonces Dirección General de Deportes (DGD).

Este homenaje póstumo a Eugenio María de Hostos se produjo 58 años después de su fallecimiento que se produjo en la República Dominicana.

Hostos  que murió debido a una fiebre infecciosa a la edad de 64 años, el 11 de agosto de 1903. El pensamiento hostosiano fue incluido en el libro «Fifty Mayor Thinkers on Education” de la editorial inglesa Routledge.

En dicha obra, Hostos figura junto a otros ilustres pensadores como Platón, Sócrates, San Agustín, John Wesley, Kant, Nietzche, Dewey, Steiner, Russeau, Gandhi, Ortega y Gasset.

Falleció rodeado de su familia. Su cuerpo está enterrado en el Panteón de los Héroes Nacionales en Santo Domingo siendo el único puertorriqueño que descansa ahí.

Su último deseo fue morir en Santo Domingo y que fuese llevado a Puerto Rico cuando su patria fuése libre.

PRIMER EVENTO DEPORTIVO INTERNACIONAL

Habían transcurrido tres meses desde el ajusticiamiento del tirano Rafael L. Trujillo cuando en el recién reinaugurado auditorio Eugenio Maria de Hostos la Federación Nacional de Baloncesto programó una serie internacional de tres partidos con el equipo boricua del municipio de Trujillo Alto, parte del área metropolitana de San Juan, Puerto Rico.

La jornada deportivo se jugó durante los días 5, 6 y 7 de septiembre de 1961. Jugadores de los equipos Ciudad Nueva, Ensanche Piantini, Pidoca y Villa Francisca, que participaban en ese momento en el torneo interbarrial de baloncesto, fueron convocados para escoger la escuadra criolla que enfrentaría los puertorriqueños.

Según narra el periodista e historiador Antonio Valdez en su obra “Tributo al Baloncesto Dominicano” el campeonato interbarrial capitalino fue inaugurado el 25 de agosto  de 1961 y paralizado durante varios días por amistoso entre Republica Dominicana y Puerto Rico.

En cada fecha de juego, narra Valdez, cerca de 4 mil fanáticos asistieron a presenciar el partido de turno, cuyo escenario apenas tenía menos de un mes de ser abierto al público. El otro Eugenio Maria de Hostos reinaugurado el 15 de agosto de 1961.

El seleccionado dominicano estuvo integrado por los baloncestistas Faisal Abel, Luis Reyes Corsino, Alfredo Asjana, Pedro Julio Santana Jr, Ulises Lewis, Luis Gaspar, José Moscoso, Joaquín Ramírez, Héctor Romer, Amable Mauad , Sócrates Encarnación, y Alejandro Abreu, bajo las directrices de Pierino Del Giudice.

Los boricuas de Trujillo Alto le ganaron los dos primeros partidos de la serie a los dominicanos, el primero el 5 de septiembre, con anotación de 83-77 y el segundo 6 de septiembre con pizarra 95-83, salvándose de la barrida los criollos al triunfar en el tercer choque 80-76.

Ulises Lewis lideró la anotación del intercambio de tres partidos con un total de 56 puntos, y promedio de 18.7. John O´Brien marcó 54  y media de 18.0 tantos; luego siguieron Faisal Abel (52, 17.3), Angel –Caco- Cancel  (45, 15.0), Amable Mauad (38, 12.7), Luis Reyes Corcino (36, 12.0) y Victor Montalvo (36, 12.0).

La cancha deportiva del parque Eugenio Maria de Hostos se convirtió en el centro de promoción, fomento y desarrollo  de varias disciplinas deportivas saliendo de estas grandes estrellas tales como: en Margarita González, Mario Crispín (Marito), Alfonso Peña en voleibol.

Con la delegación boricua jugó el dominicano Juan Herrera, un atleta de 6´0 de estatura que para esa época jugaba en la posición de pequeño delantero.

Herrera luego vió acción para Republica Dominicana en 1963 durante dos intercambios frente al conjunto puertorriqueño Borinquén, en el auditorio Eugeni Maria de Hostos  y en Hato Rey , Puerto Rico , respectivamente.

Durante la serie, los señores Enrique Martí Ripley y Alfonso –Filo- Paniagua, realizaron los saques de honor  en los partidos uno y dos. El entrenador del equipo de la vecina isla fue Manilo Madera y su apoderado Johnny Hernandez.

En la comitiva boricua viajó el árbitro Chito Pérez. El juez criollo Jaime Olivier fue la contraparte de Pérez. Eduardo Lamarche  fungió de anotador y Rafael –Papo- Germes actuó de cronometrista. Los visitantes fueron agasajados con un almuerzo en el Hotel Hamaca de Boca Chica.

Un reportaje publicado por el periódico El Dia en agosto de 2012, revela que en el Eugenio Maria de Hostos, también surgió el Baloncesto Superior Distrital en 1972 con el aliento de ese gran deportista ido a destiempo, el profesor Virgilio Travieso Soto, inmortal del deporte dominicano.

Transcurrido un período de casi ocho años en estado de abandono, porque el gobierno  del Dr. Joaquín Balaguer nunca se preocupó por acondicionar de nuevo este antiguo recinto deportivo por la ubicación geográfica y el gran papel que desempeñó en la revolución de abril del 65  el Sector de Ciudad Nueva.

 Es dos años más tarde, en el año 1974 cuando nuevamente el gobierno balaguerista decide acondicionarlo con motivo de la celebración en el país de  los  XII  Juegos Centroamericanos y del Caribe.

Más adelante, en el año 1978, por orden del presidente Don Antonio Guzmán Fernández, y el entonces secretario de Estado de Deportes, licenciado y profesor Jesús de la Rosa y bajo la administración del señor Luis  Porfirio Díaz, se  rehabilitó de nuevo el Eugenio Maria de Hostos por el ingeniero  Ervido  Creáles.

Esta remodelación lo hizo más funcional, debido a que nuevamente se encontraba en estado precario, surgiendo así de nuevo la práctica de  disciplinas como fueron Kárate, Lucha, Boxeo, Baloncesto, Voleibol y Levantamiento de Pesas.

Con esta reconstrucción fue entonces abierto a todos los clubes, asociaciones y público en general, siguiendo así la política de llevar el mensaje del deporte gratis a las masas, durante el gobierno de Don Antonio Guzmán Fernández.

El emblemático parque Eugenio María de Hostos, entre 2008 al 2013, duró cinco años clausurado por reparaciones, tiempo en el cual la ciudadanía ha exigido su reapertura y terminación de los trabajos.

HOSTOSIANOS CUESTIONAN CAMBIO DE NOMBRE

La Liga Hostosiana de la República Dominicana cuestionó el proyecto de ley que procura cambiar el nombre al parque Eugenio María de Hotos, ubicado en el Malecón, en la capital.

La entidad manifestó que la pieza, de la autoría del diputado perremeista Orlando Jorge Villegas, propone que ese centro de recreación se llame ahora “Parque Eugenio María De Hostos Memorial Jack Veneno”.

De esa forma, el legislador pretende honrar al meritorio luchador profesional Rafael Antonio Sánchez (Jack Veneno).

La Liga Hostosiana está integrada por Solángel Román, presidente; Francisco Acosta, director ejecutivo; Juan Núñez, presidente del capítulo Santiago.

Además, por los intelectuales Giovanni Matos, Pedro Abreu, Luciano Firpo, Rubén Grullón y Ángel Moreta.

La entidad señaló que no cabe la menor duda, de que Jack Veneno merece un gran reconocimiento de la sociedad dominicana, por el tiempo y los esfuerzos dedicados a la industria del espectáculo.

No obstante, indicó que éste no puede ir en desmedro de lo que representa en la historia dominicana la figura Eugenio María de Hostos, del gran maestro, luchador constitucionalista, filósofo y maestro de la educación nacional.

Precisó que Hostos fue creador de leyes trascendentales para la educación nacional, de instituciones educacionales de gran valor y símbolo de la educación concientizadora, a través de una postura científica positivista y de una metodología esencialmente lógica y observacional.

Señaló que la trascendencia de la figura y del pensamiento del luchador antillanista, opuesto a las corrientes neocolonialistas del pensamiento occidental, esclavista, discriminatorio, xenófobo, anti intervencionista colocan a Hostos en el sitial de los pro- hombres imprescindibles como modelos paradigmáticos en el pasado, presente y futuro de las naciones.

Indicó que la figura de ese ese gran pensador “va más allá de lo local, se coloca en el plano de lo global como ciudadano del mundo.

En tal sentido, invitaron al legislador Orlando Jorge Villegas a retirar esa pieza legislativa que pretende presentar como reliquia de última hora contra el nombre y la herencia de Eugenio María De Hostos.

¡¡QUÉ GENIALIDAD!! DE EUGENIO MARÍA DE HOSTOS A JACK VENENO

Uno de los comentarios mas apegado a esta realidad lo hace el profesor Juan P. Ortega en un artículo publicado en el periódico El Jaya,  quien comienza su “Reflexión en Voz Alta” diciendo lo siguiente: “Dice una expresión muy conocida que la ignorancia es atrevida”.

Lo anterior viene a revelar que los dominicanos somos bastante dados a dejarnos llevar por la emotividad del momento, pero que también algunos se pasan de contentos y hasta llegan a ofender la dignidad de hombres cuyos méritos merecen el mayor respeto por su relevancia a través de la historia, no sólo de nuestra Patria, sino de América Latina y muy particularmente de las Antillas.

Si bien es cierto que el luchador profesional Rafael Sánchez, conocido popularmente como Jack Veneno, durante varios años se convirtió en un ídolo en nuestro país de la lucha libre profesional, jamás llega a la dimensión de Hostos.

Es cierto que Jack pues montaba un espectáculo semanal que era seguido por centenares de personas de diversas edades tanto a través de uno de los canales de televisión de la época, como en centros deportivos.

Además es muy cierto que este espectáculo servía de entretenimiento a ese público seguidor de dicha actividad y de la figura del referido deportista.

Pero no menos cierto es que sus proezas tengan tanto valor, como para motivar a ciertos ciudadanos a proponer el cambio del actual nombre del antiguo parque Ramfis, por el del afamado y popular pancracista dominicano.

Que lo diga cierto cronista deportivo, que al parecer en sus años mozos fue un fan de Jack Veneno, podríamos pasarlo por alto y hasta de cierto modo entenderlo, pero que un miembro de la honorable cámara de Diputados lo proponga y lo someta mediante un proyecto de ley en ese hemiciclo, nos parece más que insólito, penoso, para no decir otra cosa.


Eugenio María de Hostos además de padre de la educación dominicana, fue un Revolucionario y antillanista que luchó no solamente por la independencia de su pueblo, Puerto Rico, sino también por la de Cuba, empresa a la que dedicó buena parte de su vida.

El desarrolló diversas gestiones no sólo en América, sino también en Europa en procura de lograr la liberación de esos pueblos hermanos, los cuales permanecieron como colonias del imperio español hasta finales del siglo XIX.

El hecho de que en las instalaciones del parque Eugenio María de Hostos se realizaran las llamadas peleas o luchas, no puede ser motivo para cambiar el nombre a dicho parque deportivo y recreativo.

Pues si a eso vamos, allí durante la gloriosa gesta de abril de 1965, estuvo la Academia militar 24 de Abril, en la cual recibían entrenamiento los patriotas combatientes de los Comandos Constitucionalistas y pienso que a ninguno de los que trabajamos en la preservación de la Memoria Histórica, nunca se nos podrá ocurrir, porque allí funcionó esa academia, una idea semejante.

Creemos que así, como un pasado alcalde de la ciudad de Santo Domingo se le ocurrió colocar una estatua de Jack Veneno en los frentes de dicho parque, el Ministerio de Cultura, o el Ministerio de Educación o ambos a la vez, debieron hace tiempo haber colocado una escultura de este insigne ciudadano de América cuyos restos descansan en el Panteón de la Patria.

Minerd debió haber colocado allí  una placa que oriente sobre su vida y obra, para conocimiento de las presentes y futuras generaciones de dominicanos y extranjeros que visiten nuestro país y para que una mente supina, como la de quien presentó tan genial propuesta a la Cámara de Diputados, no incurra en el futuro con tan discordante propósito.

Sugiere finalmente Juan P. Ortega a quienes no conocen la vida y obra del eminente Eugenio María de Hostos, buscar el libro de su entrañable amigo y compañero de la “barra estudiantil” del Consejo Universitario de la UASD a finales de la década de los años setenta, doctor Santiago Castro Ventura, “HOSTOS, Revolucionario sin Fronteras” de su autoría, para que se edifiquen un poquito y no incurran en semejante dislate.
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