
Por Jhonah Díaz González, enviado especial
Tokio, 15 mar (Prensa Latina) Cuba y Australia protagonizarán hoy el primer partido de eliminación directa del V Clásico Mundial de Béisbol, un duelo entre viejos conocidos y con aires de vendetta, que inevitablemente redundará en alegría o tristeza.
En el majestuoso Tokyo Dome, templo sagrado de las bolas y los strikes en Japón, ambos equipos chocarán por decimoséptima vez en las últimas tres décadas, con saldo favorable para la nación caribeña en las competiciones de mayor glamour de la disciplina.
La mayor de las Antillas ostenta balance de 15 victorias y apenas un revés ante su rival de turno en Copas del Mundo, Copas Intercontinentales, Juegos Olímpicos, Clásicos Mundiales (WBC) y Premier 12.
Vamos por paso. Ningún equipo cubano suma derrota versus los oceánicos en la justa bajo los cinco aros, después de cuatro desafíos, incluido el cierre de Atenas 2004 y aquel mítico fildeo del jardinero Carlos Tabares que -puede decirse- resultó significativo en la definición del oro.
La «paternidad» toma mayor calibre en Copas del Mundo (5-0), Premier 12 (1-0) y WBC (2-0), puesto que el único fracaso aconteció en Copas Intercontinentales (3-1), cuando en 1999 los aussies celebraron el título ante la atónita mirada de millones de seguidores en el planeta.
En cuanto al torneo de marras, los Clásicos guardan en su memoria histórica par de encontronazos, los cuales dieron a Cuba la posibilidad de cruzar de fases «in extremis», luego de cerradas pugnas y enorme presión vista en los diamantes.
Hace más de una década, el 10 de marzo de 2009 en el Foro Sol de México, los caribeños vencieron 5-4 gracias a decisivo cuadrangular del emergente Yosvany Peraza; mientras el día 10 del mismo mes de 2017, volvieron a llevarse el premio 4-3 con jonrón del actual capitán Alfredo Despaigne justamente en la grama del Tokyo Dome.
La paridad en los marcadores puede notarse a simple vista, aunque la mayoría opina que el plantel caribeño posee mayor calidad individual y, por ende, sale como favorito, pero esta disciplina -se dice- resulta en extremo veleidosa.
Ahora, el ganador alcanzará la posibilidad de viajar a Miami, Estados Unidos, sede de las semifinales de la quinta edición del certamen, que reunió por vez primera a 20 naciones en cuatro grupos eliminatorios esparcidos en Asia y América.
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