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Luchador El Enterrador se jubila hoy después de 30 años

El mítico luchador, encarnado por Mark Calaway, se jubila este domingo después de tres décadas liderando la WWE, la empresa de wrestling más importante del mundo.

El Enterrador, antes de uno de sus combates. MUNDO

 

Por Sergio R. Viñas

MADRID, España.– Cuando la lucha libre profesional vivió su primer ‘boom’ en España gracias a Telecinco a comienzos de la década de los 90, ‘El Enterrador’ estaba ahí. Cuando Cuatro recuperó el producto en 2007, reviviendo durante algunos años la popularidad del conocido en España como ‘pressing catch’, ‘El Enterrador’ estaba ahí. Y ahora que la programación de la WWE se emite en nuestro país en diferido a través de Youtube, tras unos años en los que Atresmedia y Gol no lograron rentabilizar la compra de los derechos, ‘El Enterrador’ todavía ha estado ahí.

Pero todo se acaba, incluso una de las carreras más longevas y exitosas de la historia del ‘wrestling’. Mark William Calaway, el gigante de Texas que se ha escondido bajo el personaje del Undertaker, colgará este domingo el sombrero y la gabardina negra que durante tantos años le han acompañado. 30 exactos en la WWE, la empresa líder de la lucha libre, 33 desde que empezó su carrera bajo el seudónimo de ‘Texas Red’. Cerca ya de cumplir los 56 años, se marcha el luchador más importante de la historia de la WWE, el que quizá nunca fue el primer espada de la compañía pero el que durante tres décadas ofreció consistencia, seguridad y fidelidad al producto.

En su bagaje quedan siete reinados como campeón mundialy sobre todo ‘The Streak’, la racha de imbatibilidad que durante tantos años tuvo en Wrestlemania, el evento anual más importante de la lucha libre mundial, frente a rivales como Triple H, Ric Flair, el Gigante González, Shawn Michaels, Batista, Edge… Con el paso de los años, esa racha, que empezó por casualidad, fue ganando importancia hasta convertirse en unos de los principales ganchos de la WWE para su mayor evento anual. Entre 1991 y 2013, el Enterrador fue programado para ganar las 21 veces que compitió en Wrestlemania. Su invicto se rompió, con gran controversia, en 2014 frente a Brock Lesnar, ex luchador de UFC y la mayor estrella del momento. El propio Calaway ha confesado que estaba dispuesto a perder, pero que creía que una figura consolidada como Lesnar no era el luchador más adecuado para que su racha se acabara. Siete años después, se jubila con un registro de 25 victorias y dos derrotas (la otra fue, en 2017, contra Roman Reigns, el líder de la generación actual) en el gran evento.

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Desde el año 2010, el Enterrador no ha formado parte de la programación semanal de la compañía, sino que ha sido reservado para épocas concretas del calendario primero y para combates muy específicos más tarde. Su lógico deterioro físico, que ha incluido una operación de reemplazo de cadera, fue mermando de manera acelerada su rendimiento en el cuadrilátero, especialmente en el último lustro. Quizá su retirada llega demasiado tarde (suele ocurrir en este negocio), pero los billetes sobre la mesa y el orgullo propio la han dilatado hasta este domingo, en el que recibirá una despedida sin combate en Survivor Series, el evento de pago por visión en el que debutó con la compañía en 1990.

Uno de los rasgos más característicos de su carrera es el celo con el que ha guardado su vida privada, preservando por encima de todo la mística de su personaje. Rara vez se dejaba ver como Mark Calaway y, según él mismo ha confesado, durante estas décadas ha evitado los lugares concurridos para que nadie pudiera verle sin estar caracterizado como el Enterrador. Una filosofía que se mantuvo intacta hasta hace unos meses, en los que abrió su vida privada a un documental producido por la propia WWE en la que Calaway mostró en público a su familia (está casado con una ex luchadora de la compañía, Michelle McCool), sus preparativos para los combates, su reacción al verlo, una de sus intervenciones quirúrgicas con una cámara en el quirófano.

Ese documental mostró el círculo vicioso en el que el Enterrador se sumergió en los últimos años. Quería retirarse con un gran combate que dejara un gran sabor de boca a los aficionados. Sin embargo, cuando lograba una buena actuación, su amor propio le hacía querer una lucha más… que solía ser un absoluto desastre. Así fue hasta que la pandemia le brindó la oportunidad perfecta. La WWE tuvo que celebrar su último Wrestlemania, en marzo, sin público y buscó alternativas para evitar la monotonía derivada del silencio ambiental. Una de ellas fue producir los llamados ‘combates cinematográficos’, pregrabados y montados como un cortometraje. Sin la exigencia física del directo, el Enterrador pudo despedirse con un combate espectacular e innovador en una suerte de cementerio contra AJ Styles, una de las estrellas del momento, que fue un éxito de crítica.

Fue entonces cuando Calaway comprendió que era el momento de decir adiós. Su último combate, además de bueno, era coherente con su trayectoria, en la que marcó varios hitos como innovador en la lucha libre. Fue el primero en tener un combate en una jaula de acero y en una sala de calderas y en otros con temáticas relacionadas con su personaje, en los que la victoria era para quien enterraba vivo a tu adversario, le metía en un ataúd o en un coche fúnebre o le prendía en llamas. Un luchador que supo también reinventarse, abandonando su clásico personaje durante cuatro años, entre 1999 y 2003 para representar a una especie de Ángel del Infierno que le permitió revitalizar su carrera y posteriormente potenciar su personaje anterior de Hombre Muerto clásico.

Dice adiós, en definitiva, el luchador más importante de la historia de la WWE, casi la única gran estrella que decidió quedarse en la compañía cuando su vieja rival, la WCW, comenzó a arrebatarle luchadores a golpe de talonario para buscar su quiebra. La WWE, bajo el liderazgo de Calaway en el vestuario, reformuló su producto añadiendo más agresividad a los combates, construyendo nuevas estrellas como The Rock, Stone Cold y Triple H y acabó ganando la llamada ‘Guerra de los lunes por la noche’ en los años del cambio de siglo. Actualmente, la WWE carece de competencia a su altura en el negocio y eso es en buena medida gracias al Enterrador. A partir de ahora, deberá aprender a vivir sin él aunque con el inmenso legado que deja para tantas generaciones de luchadores y aficionados. Larga vida a Calaway y, utilizando su propia frase de cabecera, «descanse en paz» el Enterrador.

Via: elmundo.es

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