Aleix Espargaró llegaba con las pilas cargadas al GP de Gran Bretaña después de un largo verano para los integrantes del Mundial de MotoGP.
Quería aprovechar la sanción a Fabio Quartararo, líder del campeonato, y el buen momento de Aprilia para seguir recortándole puntos al francés.
Una dura caída en la última sesión de entrenamientos del sábado, sin embargo, mandó sus planes al garete. Este lunes, lo que pareció tan solo un susto mayúsculo se convirtió en un revés importante para su plan de asalto al título: fractura del talón derecho y siete días de reposo absoluto sin poder apoyar la pierna como mínimo.
El nuevo diagnóstico llegó esta tarde después de una revisión en profundidad en el Hospital Universitari Dexeus de Barcelona.
Tanto el sábado como el domingo, el piloto de Granollers protagonizó una actuación encomiable para salvar los muebles y mantenerse a tiro del vigente campeón del mundo. Sin poder caminar por sí mismo y apenas una hora después de salir disparado a 170 km/h e impactar violentamente contra el asfalto, Aleix llegó a romper el anterior récord de la pista durante la tanda clasificatoria.
Su esfuerzo le valió la sexta plaza en parrilla y terminó la jornada aplaudido por los mecánicos del equipo a su llegada al box. Al día siguiente, con mucha sangre fría y una buena dosis de antiinflamatorios, logró terminar en novena posición la carrera, justo por detrás de Quartararo. “Ahora siento dolor por todas partes. Los pies están mejor que el sábado, puedo caminar. Pero tengo mucho dolor en las piernas, en el cuello, en la espalda”, repasaba al finalizar la carrera. “Creo que tendremos unas últimas ocho carreras muy apretadas de cara al campeonato”.