En conteo de 2-0, la bola rápida llegó alta y afuera, justo donde José Reyes
la estaba esperando, lo que significa que el lanzamiento estaba por
enfrentarse al mismo destino de una paloma cuando es succionada por la
turbina de un avión.
Rápido y sin dolor, Reyes abrumó al zurdo Mark Redman, dándole a los Bravos
lo que debe haber sido el millonésimo ejemplo de porqué la Liga Nacional le
tiene miedo.
central y el derecho. Es la forma en que convierte el doble de un mortal en
un triple — bateó tres en tres partidos contra los Bravos — y cuanto más
eficiente se ha convertido acosando a los equipos oponentes.
Reyes estuvo en base siete veces contra Atlanta aumentando su promedio a
.320. Poco a poco, el campo corto se está convirtiendo en la pieza central
de la ofensiva de los Mets, eclipsando a Carlos Delgado, David Wright y
hasta a Carlos Beltrán. Hasta el momento, Beltrán ha sido universalmente
visto como el mejor jugador de cinco herramientas de los Mets, pero eso fue
antes de que Reyes comenzara a aprender la sutil diferencia entre un strike
y un strike bateable y la importancia de trabajar el conteo a su favor.
Ahora es la pesadilla de los mánagers contrarios: lo suficientemente fuerte
como para enviar lanzamientos errados a los aleros de poder, sino por encima
de las verjas, habiendo conectado 19 jonrones el año pasado. Rickey
Henderson, instructor de entrenamiento de primavera con los Mets, fue mentor
de Reyes este año y dijo que el campo corto de los Mets es capaz de duplicar
los 64 robos que lideraron la liga el año pasado, que lo pondrían a la
puerta de quebrar el record de todos los tiempos en una temporada (130)
establecido por Henderson en el año 1982.
Todo lo que Reyes necesita, de acuerdo a Henderson, es la habilidad para
conseguir más bases por bolas. Por supuesto, las caminatas se consiguen con
paciencia y madurez, las que no se han considerado parte de las virtudes de
Reyes en sus primeras tres temporadas con los Mets. Pero está ganando el
tipo de disciplina en el plato que está haciendo que sus oponentes lo noten,
habiendo doblado su cantidad de boletos de 27 en el 2005 a 53 el pasado año,
cuando subió su promedio de bateo de .273 a .300.
«Reyes solía hacerle swing a todo», dijo el abridor de los Bravos John
Smoltz. «Era mucho más fácil lanzar en su contra hace dos años. Ahora es más
listo, espera su lanzamiento y si cometes un error lo pagas caro».
¿Cuál es su techo exactamente? La línea de tendencia marca que Reyes podría
vencer a todos en Nueva York. Y no es poco decir teniendo competidores como
Derek Jeter y Alex Rodríguez. Pero el abridor de los Mets Tom Glavine dijo,
«No hay nadie que se luzca en ambas partes del juego, ofensiva y
defensivamente como José. Algunos podrán ser igual de buenos que él en un
costado, pero no en ambos».
De hecho, el mánager Willie Randolph cree que Reyes es capaz de ganar el
premio de JMV y ser un Guante de Oro, aunque el logro más a su alcance
–simbólico del dominio de Reyes– es el de 100 bases robadas. Nadie desde
Vince Coleman (109) en 1987 ha alcanzado la marca, a pesar que Reyes luce
como un candidato seguro. Su porcentaje de embase mejoró mucho, pasando de
.271 en el 2004 a .354 el año pasado a su actual .400 hasta el pasado lunes.
Cuantas más veces Reyes alcanza la primera base, más incómodos se ponen los
oponentes. El receptor de los Bravos Brian McCann dijo, «Cuando veo a Reyes
no puedo decir que sea una buena sensación. Sabes que no hay nada que puedas
hacer para detenerlo».
A su favor, Reyes no ha dejado que su talento arruine su personalidad
amigable. Es increíblemente abierto con los desconocidos, confiando al punto
de ser ingenuo. Por sobre todas las cosas, Reyes sigue siendo humilde. Hay
un debate en Nueva York acerca de que equipo tiene el mejor campocorto pero
Reyes responde educadamente, «Tengo mucho camino por recorrer», antes de
meterse en ese diálogo.
«Derek Jeter es un gran jugador, pero para mi, lo más importante es ganar un
campeonato, eso es lo que está primero», dijo Reyes el otro día. «Tengo
muchas cosas sobre las cuales trabajar».
Una de esas no puede ser la fuerza. Reyes aumento a 195 libras durante el
invierno y parece estar destinado a quebrar la marca de 19 jonrones del año
pasado. Beltrán dijo que Reyes se convertirá en un jugador de 30 jonrones en
el próximo año o dos, lo que lo convertiría en el jugador número 49 en
unirse al club de 30-30.
Según el Elias Sports Bureau, sólo seis de los 49 han sido bateadores
iniciales. Ninguno, de todas maneras, ha sido tan joven como Reyes, quien
tiene tan sólo 23 años de edad.
«José es temido como yo era temido en las bases, pero no tan temido en la
lomita aún», le dijo Henderson al New York Times. «Cuando llegue a ese punto
será imparable».
Reyes ya podría estar cerca. De todas maneras, sigue siendo entusiasta y no
afectado como novato. Eso es algo importante en un camerino de veteranos;
Reyes es un muchacho apreciado en el club de los Mets. Hasta Randolph, quien
suele ser notoriamente duro con los jugadores más jóvenes, baja su guardia
con el muchacho.
«Hay muchos que pueden batear y lanzar, pero José es uno de los pocos por
quien pagaría para verlo jugar», dijo el manager. «Tiene tanta energía y
apreciación por el juego».
Esa es un área del juego de Reyes que los Mets esperan que nunca cambie. El
resto –velocidad, poder y defensa– está cambiando constantemente. Un
pensamiento que realmente asusta. Cortesía ESPN-Deporte
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