José Manuel Ramos/ Fuente Externa
Ramón Rodríguez
Hablemos claro
Hay que quitarse el sombrero ante José Manuel Ramos, Aristides Fernández Zucco y un grupo de empresarios, como: Samir Rizek, Osvaldo Brugal León, Pedro Esteva, Antonio Espaillat, Juan Carlos Rodríguez Copelo, Fernando Hasbún, Enrique de Marchena y Eric Raful, que decidieron acoger la iniciativa de solicitar los XXV Juegos Centroamericanos y del Caribe: Santo Domingo, 2026.
Hay que hablar claro. Con el retiro de la solicitud de candidatura de la ciudad mexicana de León, la República Dominicana y su Comité Olímpico Dominicano, asumen un compromiso tácito, que, de hecho, ya ha sido avalado por el presidente Danilo Medina, Danilo Díaz, ministro de Deportes, y el exalcalde, David Collado. Insisto, hay que hablar claro, pues con todo y la motivación que hiciera el doctor José Joaquín Puello Herrera, sobre las virtudes de esos juegos y su impacto en el deporte nacional, todavía se siente una timidez de parte del COD y hay quienes todavía no entienden, el porqué, Luisín Mejía, no dijo ni una sola palabra, en el encuentro con José Manuel Ramos, Arístides Fernández Zucco y el doctor Puello Herrera.
Sería muy lamentable, que esa rebatiña que impera en el COD y la indefinición del presidente Mejía Oviedo, de si entrega en diciembre o hace un’’ bateo y corrido’’ hasta el 2022, pueda afectar un compromiso de patria, que trasciende la lucha interna en esa entidad, llamada a garantizar los acuerdos institucionales de la nación.
La dirigencia deportiva panameña se propone firmemente transformar su sistema deportivo a través de los XXIV Juegos Centroamericanos y del Caribe.
Nuestro Luisin Mejía tiene más capacidad y ‘’horas de vuelo’’ que esos dirigentes panameños, pero no quiere tocar los temas conflictivos del deporte. Luisín alcanzará más peldaños internacionalmente, pero aquí, en su país, no saldrá bien parado, si no asume con responsabilidad la transformación del COD.
Es imperdonable su ida del COD, sin una reforma estatutaria que modernice esa anquilosada institución.
Mientras tanto, José Manuel Ramos, Arístides Fernández Zucco y el grupo de empresarios mencionados, que decidieron apoyarles en esa difícil travesía, deben seguir desbrozando caminos, pues al final, la familia dominicana, sabrá distinguir el oro puro del gold-filled o chapado.
