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Momento de Gloria

El día que conocí a “Chiquitín mentirita”

En aquel entonces yo comenzaba a “anotar” los juegos de Beisbol a mi manera. Había poca gente en el estadio y me permití el lujo de sentarme en uno de los palcos detrás de la malla para no perderme ningún detalle.

Lorenzo Cabrera. Fuente Externa

Creo que todavía no había cumplido 11 años. Fue en el viejo estadio “Nelson Fernández” en mi San José de las Lajas natal. Las bombillas iluminaban la noche y sé que jugaba el equipo de casa, pero no recuerdo el rival.

En aquel entonces yo comenzaba a “anotar” los juegos de Beisbol a mi manera. Había poca gente en el estadio y me permití el lujo de sentarme en uno de los palcos detrás de la malla para no perderme ningún detalle.

De pronto se me acerca un señor muy alto, de fuerte tez negra y alguna que otra verruga en su rostro, pero parecía buena gente. Entonces me dice: “Qué tal niño?” y le respondo: “Aquí”, no sin cierta timidez. “Ah, ¡qué interesante, llevas el score del juego!” y estuvo algunos minutos sentado a mi lado.

En aquel entonces no tenía ni idea de que aquel gigantón moreno, a quien luego comencé a ver con más frecuencia, se llamaba Lorenzo Cabrera y era conocido por sus anécdotas beisboleras, que si jugó profesional, que si era bueno, que si bateaba como nadie. Eran tantas las historias que algunos jóvenes de la época dudaban de lo que decía y hasta le pusieron un mote: “Chiquitín Mentirita”.

Eran los años 80 en Cuba. Los jóvenes de entonces no conocieron el Béisbol profesional, no tenían acceso a bibliografía especializada y las historias se pasaban de “boca en boca”. Mis coterráneos entonces no podían entender que detrás de aquel grandulón sonriente había una verdadera historia.

Luego supe que Lorenzo Cabrera nació en Cienfuegos en 1920 y que sí jugó Beisbol Profesional. También que debutó en la pelota profesional cubana con el Almendares en la temporada de 1942- 43, aunque solamente fue una vez al bate. Luego de un tiempo en el que no se supo mucho de él, reapareció con el equipo del Marianao, con el que jugó hasta 1953 y que además defendió los colores de Habana y Marianao.

Zurdo para batear y lanzar, Chiquitín hizo uno-dos con el estelar Orestes Miñoso, quien en aquella época jugaba la antesala principalmente.

Si lo hubiera sabido, aquella anoche le hubiera preguntado cómo hizo para batear sobre .300 en sus últimas 6 temporadas en Cuba, de cómo jugó en Nicaragua y de qué manera pudo ser Champion Bat en La Liga Mexicana durante la temporada de 1950 y compilar en ese circuito durante 4 temporadas 292 juegos jugados, con 339 hits, 57 dobles, 21 triples, 19 jonrones y. 309 de average.

A eso se une que jugó en 1947 y 1948 con los New York Cubans, que incluso ganaron la serie mundial de las ligas negras en 1947.

Aquel señor mayor que tuvo la delicadeza de sentarse a mi lado aquella noche, también jugó en Ligas Menores y que en la Liga Dominicana lo hizo en la temporada de 1957 con Leones del Escogido, tiene algo increíble en su carrera, y es que hasta hoy el bateador con más alto average en una Serie del Caribe.

Resulta que en la temporada cubana de 1950-1951, jugando para Elefantes del Marianao, terminó como segundo de los bateadores (342), solo superado por el gran Silvio García (347) y siendo el líder en hits conectados con 88.

El Campeón fue el Habana, bajo la dirección de Miguel Ángel González derrotando en un partido extra a Almendares y aunque Cienfuegos quedó en el tercer lugar, Chiquitín Cabrera fue llamado como refuerzo habanista para la Serie del Caribe de Caracas 1951, en sustitución de Steve Bilko.

Allí, “Chiquitín” jugó la inicial y fue segundo en el line up cubano y no paró hasta conectar 13 hits en 20 veces al bate y compilar un Average de .619 cifra que hasta hoy no ha podido igualar ningún otro pelotero. Cabrera, además, resultó líder en hits con 13 e integró el All Star Team.

Creo que todavía no había cumplido 11 años. Fue en el viejo estadio “Nelson Fernández” en mi San José de las Lajas natal. Las bombillas iluminaban la noche y sé que jugaba el equipo de casa, pero no recuerdo el rival. Ese día conocí al ser humano que fue Lorenzo Chiquitín Cabrera, luego supe de toda su Verdad.

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