
Por Franklin Fernández
La pasada serie “Titanes del caribe” celebrada en el Citi Field, hogar de los Mets de New York, enfrentó a los dos equipos más populares en la historia del beisbol de la República Dominicana, Águilas Cibaeñas y Tigres del Licey. Estos dos titanes protagonizaron lo que para la mayoría fue en éxito total.
Al evento asistió la impresionante cifra de 90,900 espectadores, los días 10,11 y12 de noviembre, algo totalmente impresionante. El promedio de asistencia de los Mets, en la temporada regular de grandes ligas fue de 33,862 fanáticos por juego y, el de la serie Titanes del caribe, en los tres partidos fue de 30,300, una cantidad nada desdeñable.
A juzgar por la opinión de la gran mayoría, la serie fue un éxito rotundo. Tal es el caso de Erick Almonte, presidente de la federación nacional de peloteros profesionales (FENAPEPRO), quien manifestó que está muy complacido con el resultado del evento.
Por su parte, Vitelio Mejía, presidente de LIDOM, se mostró muy satisfecho y contento por lo que allí ocurrió, pero, sobre todo, por lo que eso significa para el futuro de la liga dominicana de beisbol, en su afán de expandir nuestro deporte rey.
No todo fue a favor, también hubo opiniones adversas, como fue el caso del sr. Ricardo Ravelo, presidente de Tigres del Licey, quien se manifestó muy inconforme con el trato recibido por su club en dicho evento. En sus declaraciones dejó establecido que, para volver a participar en el evento, los organizadores deberán garantizarle una serie de requerimientos.
Está claro que, en lo adelante, de seguirse realizando la serie se tendrán que evaluar algunas cosas, tales como, si es factible o no, que los resultados de esos juegos tengan validez en el calendario regular del torneo. También la posibilidad de incluir otros equipos del país.
Entendemos que esas “quejas” del presidente del equipo azul son desafortunadas, y, que mas que aportar al crecimiento de la liga, representa un lastre en sus aspiraciones. Sin importar si su postura es justificada o no, esa no es la manera correcta.
Hay otras formas de expresar la inconformidad, pues hay que tener en cuenta lo que significa ese evento para la diáspora dominicana radicada específicamente en New York. También para el desarrollo e internacionalización del beisbol dominicano en otros escenarios.
LIDOM por su parte, debe ser más cauta y fijar posiciones claras del objetivo a futuro del evento e impedir que se cometan esas pifias que en nada aportan. Es cuestión de sentido común.
