
BRONX, New York.-El bateador ambidiestro Jasson Domínguez tendrá su presentación ante los fanáticos de los Yanquis en su casa grande del Yankee Stadium.
Será principalmente un espectáculo para niños durante estos últimos 12 juegos en casa, un vecindario triste que no pasará a postemporada.
“Está cómodo”, dijo el manager Aaron Boone al terminar la serie en Detroit y tomar vuelo a casa después de una gira de 10 juegos.

Los Bombarderos del Bronx regresaron a casa después de haber ganado seis de siete juegos para acercarse a un juego de .500, con un conjunto notablemente más relajado.
“Cuando sube al plato, no hay mucha ansiedad. Juega el juego con facilidad. Obviamente, el conjunto de habilidades salta a la vista”.
Domínguez estuvo a la altura de las altas expectativas que lo precedieron durante la barrida de New York en Houston, sacando un par de pelotas y disparando un hit en los tres juegos.
“La ansiedad es tu enemigo como bateador, es todo lo contrario. Él sube allí muy tranquilo, tranquilo y sereno con una sonrisa en el rostro y no hay tensión en lo que está haciendo” subrayó Sean Casey, coach de bateo.
“Se acerca y es muy humilde, muy callado. Sinceramente siendo un muy buen novato. Luego, cuando sale y produce, hace que lo ames aún más” comentó el lanzador Michael.
Los Yanquis terminarán el último mes de la temporada en el Bronx enfrentados a Detroit (5-6), Milwaukee (7-10), Toronto (19-21) y Arizona (22-24).
