Clete Boyer, tercera base de los campeones Yankees de Nueva York en la década de los años ’60, falleció el lunes a los 70 años de edad.
Boyer brilló por sus tremendos engarces en la antesala, que completaba disparando tiros certeros a la inicial desde las rodillas.
Su yerno, Todd Gladden, informó que Boyer falleció de complicaciones de una hemorragia cerebral.
El otrora tercera base de lujo alineó de 1955 a 1971 con los Yankees, los entonces Atléticos de Kansas City y los Bravos de Atlanta.
Ayudó a los mulos a participar en la Serie Mundial de 1960 a 1964, cinco temporadas consecutivas, lapso en el que la novena de la Gran Manzana ganó dos coronas absolutas.
»Era un grande de los Yankees y un tremendo tipo», comentó el propitario de los Yankees, George Steinbrenner, a través de un vocero del equipo. «No hablaba mucho, pero trabajaba fuerte. Era un maravilloso tercera base, dotado de una gran fiereza competitiva».
A lo largo de su trayectoria, Boyer bateó para .242, con 162 jonrones y 654 carreras impulsadas, pero se hizo famoso por su defensiva.
Su único Guante de Oro lo ganó en 1969 con Atlanta, pero en su mejor época en la Liga Americana el tercera base más laureado de ese circuito era Brooks Robinson.
»En todos los años que jugó conmigo, creo que hizo un solo tiro malo a la intermedia», comentó Bobby Richardson, ex segunda base de los Yankees. «Cuando hacía falta la obtención de una doble matanza, habría podido poner el guante donde esperaba la pelota y con los ojos cerrados, con la seguridad de que el disparo vendría a ese sitio exactamente».
