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Opinión

Estrellas del Béisbol: El Principio (1de7)

Ese día, un ingenioso joven jugador del equipo Ostego llamado Abner Doubleday se sentó y en su lugar elaboró las reglas de lo que sería a partir de entonces un nuevo juego y lo llamó béisbol.

Por Héctor Barrios Fernández
www.beisboldelosbarrios.com

Era una tarde de verano de 1839, en Cooperstown, a orillas del lago Otsego, en la parte central del estado de New York, los muchachos de la academia Ostego estaban jugando un juego de “Town Ball” contra otro grupo de estudiantes.
Las reglas del Town Ball eran muy flexibles y cada pelota conectada o bateada era buena.

Ese día, un ingenioso joven jugador del equipo Ostego llamado Abner Doubleday se sentó y en su lugar elaboró las reglas de lo que sería a partir de entonces un nuevo juego y lo llamó béisbol.

Doubleday llegaría a ser un héroe de la famosa batalla de Gettysburg, y su juego llegaría a ser el pasatiempo nacional de los Estados Unidos y otros países.
Al menos es uno de los tantos cuentos que la historia dice o dijo.

Efectivamente Abner Doubleday fue un distinguido soldado y él disparó una de las primeras pistolas en el Fuerte Sumter, pero Abner estaba en West Point y no en Cooperstown en el verano de 1839. Doubleday nunca reclamó haber hecho algo relacionado con béisbol y hasta podría ser que nunca vio ningún juego.

La historia proviene de la creativa imaginación de un hombre muy entrado en años y fue difundida por un super patriota fabricante de artículos deportivos, obsesionado en probar que el béisbol era completamente una invención norteamericana.
La verdad es que el pasado del béisbol, es más colorido y complicado.
El béisbol, como la historia de cualquier país, es la creación de muchas manos en muchos lugares, la historia del juego está llena de comedia y drama al más alto nivel, reaccionarios y revolucionarios han participado en esa historia, ha habido fraudes, personas intolerantes y genuinos héroes.

Los niños han bateado pelotas por tanto tiempo como ellos han sido niños, pero los más directos ancestros del béisbol fueron dos juegos británicos: el “Cricket”, majestuoso pasatiempo dividido en innings y supervisado por jueces y el “Rounders” un juego de palo y pelota traído a Nueva Inglaterra por los primeros colonos.
Pronto hubo muchas variaciones y aún más nombres, algunos de ellos: old cat, one old cat, two old cat, three old cat, goal ball, town ball, barn ball, sting ball, soak ball, stick ball, burn ball, round ball, base y por fin Base Ball.

Los niños y jóvenes y no tan jóvenes jugaron una y otra versión en escuelas, terrenos baldíos de pueblos y ciudades, campos de cultivo y calles.
Los soldados jugaron pelota en Valley Forge, Pensilvania.
Los esclavos jugaron en el sur, algunas veces usando un leño de algún árbol como bat y una nuez forrada con trapos en lugar de una pelota.
Meriwheter Lewis y William Clark, intentaron enseñar a los indígenas el “juego de base.”

El juego varió de estado a estado y de pueblo a pueblo pero el “Town Ball” fue el más popular.
Bajo sus propias reglas, el infield fue un cuadrado, no había líneas de foul y no existían posiciones específicas dentro del campo, como es en la actualidad. Comúnmente de ocho a quince hombres podían encontrarse al campo por cada equipo, pero también al campo podían ser encontrados hasta cincuenta jugadores.
El “feeder”, lo que ahora viene siendo el pitcher, era el jugador menos importante, su trabajo consistía en lanzarle la pelota al “striker,” a quien se le permitía solicitar que el lanzamiento llegara arriba o abajo y esperar y esperar hasta que le llegara el lanzamiento deseado o solicitado.
Se lograba un out si la pelota salía de elevado y era atrapada de aire o al primer bote o si al corredor lo golpeaban con una pelota mientras corría entre las bases.

El colegio de Princeton prohibió el juego de pelota en 1787, por ser impropio de caballeros, además de ser una actividad que representaba enorme peligro. Henry Wadsworth Longfellow asistió al colegio Bowdoin en 1824 y escribió que el juego se practicaba allí y que en los ratos de ocio no se escuchaba otra cosa más que pelota, pelota, pelota.
“No puedo asegurar con qué grado de rabia se juega, pero el efecto es positivo, puesto que ha habido una total reforma a la inactividad y a la conducta inmoral.”
Continuará…
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