Por Ramón Rodríguez
Jean Paul Sartre, ese ‘’pequeño gigante’’, conocido no sólo por sus aportes al existencialismo, sino también por su apoyo a los muchachos del mayo francés del 68, que hicieron arrodillar al presidente Charles de Gaulle, hizo famosa una frase, concebida para hombres sabios: ‘’ Un hombre es lo que hace con lo que hicieron con él’’. Nos invita a dejar atrás el resentimiento y afrontar la realidad.
Hago esta introducción, porque he percibido, que el Comité Ejecutivo del COD, que dirige Antonio Acosta, se ha empeñado en querer comparar su actual gestión con la de Luisín Mejía. Craso error. Todo lo positivo que puede exhibir el Comité Olímpico Dominicano en sus últimos 17 años, es obra de Luisin Mejía Oviedo. Mejía ha sido el presidente de más realizaciones en esa entidad. La llevó a niveles insospechados. Él supo aprovechar la zapata moralizadora y los ideales que sustentaron Juan Ulises García Saleta, -Wiche-, Roque Napoleón Muñoz-Polón- y José Joaquín Puello Herrera, basados en la propuesta del fundador del olimpismo, Pierre de Coubertin, de buscar la paz, hermandad, pero nunca el ánimo de lucro.
Luisin Mejía cabalgó sobre una época moderna y tuvo que actuar con eclecticismo, pero supo montarse en la ola y crear su propio estilo con carisma y una arrolladora personalidad, que lo llevó a cultivar un prestigio nacional e internacional. Antonio-Colin- Acosta tiene la experiencia para hacer cosas bien hechas y poner un sello propio a su gestión, pero le ha faltado un buen asesor.
Acosta debió fortalecer el aspecto institucional, sin embargo, éste ha sido su gran debacle: dietas en dólares sin hacer el viaje a Tokio, denuncias muy graves de Luis Chanlatte, querer reformar los estatutos sin previa consulta, permitir una reducción de su presupuesto, y dejar que la credibilidad de esa entidad se vaya a pique. Es imperdonable el silencio y la ineptitud ante este descrédito que pone en juego muchas cosas.
El Comité Olímpico Dominicano está en el deber de cuidar el CRESO- Creando sueños olímpicos, institución, que, junto al Ministerio de Deportes, sustenta económicamente el sistema olímpico y federativo. Me dicen algunos informantes, que don Felipe Vicini, presidente del CRESO, está muy preocupado, pues sabe que las empresas tienden a romper acuerdos institucionales, cuando no hay garantía de credibilidad y el COD está en un mal momento. Esa es la verdad.
