La levantadora de pesas ecuatoriana se colgó el oro en la categoría de 76 kg con un total de 263 kilos, 118 en arrancada y 145 en dos tiempos, lo que la colocó directamente en el la cima de Tokio 2020.
Gritó, brincó, lloró…
Y en la premiación, conmovió al mundo.
Llorando mostró la palma de su mano izquierda: “Mamá y hermano”, decía la dedicatoria que escribió. Ellos fallecieron en 2019 y 2018, respectivamente.
“Es por quien estoy aquí y todos mis logros son dedicados a su memoria”, dijo Neisi, quien comenzó a levantar pesas con 11 años de edad, tiene varios récords mundiales juveniles y es dueña de un carisma arrollador.
Su madre, Sandra Dajomes, fue vital en los inicios de su carrera como deportista, según declaraciones de la propia Neisi.
Y fue gracias a su hermano, Javier, que se inició en la halterofilia, el deporte que la lanzó a la gloria olímpica.
“Cuando ella tenía 11 años, fue a verlo entrenar por curiosidad y los preparadores le ofrecieron probar también a ella. Empezó con un palo de escoba, para ir aprendiendo la técnica, y a la semana siguiente con una barra de 10 kilos. Su rápida progresión convenció a los entrenadores de que tenía futuro este deporte”, contó su entrenadora, Mayra Hoyos, al Canal Educa.
Via: latimes.com