Frente a los ataques merengues, el Barça, al que el costaba encontrar a un vigilado Leo Messi, fue, a base de toque y paciencia, acercándose al área contraria
En la imagen Mariano Díaz.
El Real Madrid ganó 2-0 al Barcelona este domingo en el clásico liguero en el Santiago Bernabéu, recuperando el liderato del campeonato español, que había cedido hace una semana.
El joven brasileño Vinicius (71) abrió el marcador y en el descuento Mariano Díaz hizo el 2-0 (90+2), que da tres puntos de oro a un Real Madrid que llegaba tocado al encuentro tras dos derrotas consecutivas contra el Levante en Liga y el Manchester City en la Champions.
Los blancos vuelven a recargarse de moral, arrebatando el liderato liguero a los azulgranas, que se quedan un punto de los merengues y con el ‘Goal average’ particular perdido, a falta de 12 jornadas para el final del campeonato.
El equipo blanco salió con intensidad, pero fue apagándose un tanto con el paso de los minutos, volviéndose a reactivar tras el gol del brasileño.
Frente a los ataques merengues, el Barça, al que el costaba encontrar a un vigilado Leo Messi, fue, a base de toque y paciencia, acercándose al área contraria.
Tras el descanso, el equipo blanco siguió insistiendo en la velocidad por las bandas, donde Vinicius llegaba.
Isco Alarcón, que se movía de un lado a otro buscando la sorpresa, se sacó un disparo a la escuadra desde la frontal que despejó Marc André Ter Stegen en una gran estirada (56).
El malagueño volvió a amenazar con
Llegó entonces el tanto merengue cuando Vinicius recibió un pase filtrado de Toni Kroos para disparar casi sin ángulo un tiro que dio en Piqué, despistando a Ter Stegen, colándose en la portería azulgrana (71).
El gol dio alas al Real Madrid que aun aumentaría su cuenta con un gol de Mariano, que había entrado un minuto antes por Benzema (90+2).
cabezazo en el área, que Gerard Piqué sacó bajo los palos cuando ya se colaba (60).
Estas dos oportunidades, marcaron los mejores momentos del equipo blanco que se volcó sobre la portería contraria, ante un Barcelona que se metía atrás.
Via: Diario Libre
