El béisbol de las Grandes Ligas está decidido a limpiar el nombre del deporte y erradicar toda imagen de esteroides que ha afectado al negocio del bate y la pelota.
¿Pero a qué precio? ¿Es realmente limpiar el nombre lo que se quiere? La pregunta vale por el hecho de que las últimas sanciones que se han aplicado en las mayores han sido a jugadores latinos, específicamente a dominicanos (los casos de Francisco Cruceta y Juan Salas).
Pero más que nada, lo que me preocupa es el hecho de que el ex senador George Mitchell ha dado marcha acelerada a su investigación y sorpresivamente solo se tomó el tiempo de citar a jugadores latinos.
Mitchell pidió los records médicos de Sammy Sosa, Rafael Palmeiro, Fernando Tatis, David Seguí entre otros peloteros para darle seguimiento a la limpieza del juego… ¿pero será una limpieza de otro tipo o solo de sustancias?
Es un poco contraproducente que se soliciten los records médicos de jugadores que se encuentran activos en las mayores y que nunca han arrojado positivo a sustancia alguna, como es el caso de Sosa, Tatis y Seguí.
En el caso de Palmeiro, no se entiende la aplicación de la misma pues el cubano ya dio positivo a esteroides y ese examen prácticamente lo sacó definitivamente del béisbol de las mayores.
Pero lo extraño es que no se cite ni un solo jugador norteamericano (al menos no públicamente) ni siquiera aquellos que de una u otra manera han afirmado haber usado esteroides.
El ojo público no está sobre Gary Sheffield, quien supuestamente dijo ante un Gran Jurado que usó esteroides.
Tampoco se habla nada de Jason Giambi, otro que reconoció haber usado sustancias para mejorar el rendimiento.
Ni Mitchell reclama públicamente que Barry Bonds, sobre quien reposa la nube más negra de los esteroides, entregue sus pruebas de orina o de sangre de los últimos tres ó cuatro años.
Para que el programa antidopaje de las mayores realmente funcione vale la pena hacer las cosas claras y que no parezca que se ha desatado una caza de brujas contra los peloteros latinos.
Es cierto que en los países latinos es más fácil ir a una farmacia y comprar cualquier producto sin mucho compromiso, pero no es cierto que los jugadores del norte estén exentos de lo mismo.
Y es que hasta donde tengo entendido, los propietarios de BALCO no eran apellido Ramírez, Fernández o Rodríguez. (Tomado de ESPN- Dionisio Soldevila)
