Por: Ramón Rodríguez
En medio de esta pandemia que ha arrodillado hasta los países desarrollados, exigir perfección a cualquier Ministerio del Estado, es obrar con insigne ingenuidad o marcada malicia. Ahora bien, negar que el gobierno del presidente Luis Abinader ha sido exitoso en materia de deporte, es abrazar la mezquindad como bandera de lucha.
Aunque el ingeniero Francisco Camacho es la figura visible, por ser el ministro de Deportes, en términos reales, ha sido el presidente Abinader, quien ha definido la política deportiva del Estado y por eso se explica, que el Ministerio de Deportes haya depositado al Comité Olímpico Dominicano la friolera de 213 millones en momentos de crisis. ¿Y por qué lo hizo? Pues porque el presidente y Camacho creen en sus atletas y el impacto social del deporte.
La crítica siempre será un instrumento eficaz para la democracia, pero con argumentos verdaderos. Hace apenas algunos días, el ministro Francisco Camacho, recibió una lluvia de críticas por supuestamente descuidar a los atletas. Dos hechos ocurrieron que se manejaron falazmente, es decir, con mentira, engaño, artimaña, trampa y falsedad.
Luguelin Santos, atleta al que admiramos, denunció que el Ministerio de Deportes no lo había ayudado con miras a Tokio. Los que orquestaron la ‘’ trama’’ disfrutaron el vendaval de críticas, hasta que se explicó a personas del pueblo que no conocen cómo funciona la estructura del deporte, que Luguelin Santos pertenece a la federación dominicana de atletismo que dirige, Gerardo Suero correa.
Esa federación recibirá 2 millones 200 mil de los recursos de Miderec y 5 millones 850 mil del CRESO. Pienso que Gerardo muy bien pudo enfrentar institucionalmente el pedido de Luguelin, que era de algunos pasajes a España. Gerardo ha reconocido el buen trato que ha dado Francisco Camacho a sus atletas. Luguelin lo ha recibido todo: Apartamento, millones de pesos, cobra en el PARNI y en la Fuerza Aérea.
Muy merecido, pero tiene que entender que él no es el único atleta meritorio. Con relación al exatleta, Julio Luciano, que sabía que lo iban a grabar, voy a esperar a que él presente sus excusas al país por la forma tan soez en que se expresó. La verdad siempre resplandece como un brotar de flor en primavera. Luguelin ya tiene sus pasajes y Luciano no pudo aclarar su caso por sus problemas conductuales.
