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Atletismo

Sebastián Sawe: El hombre que corre solo

Hay corredores que esperan el momento y otros que lo fabrican. Sawe pertenece a la segunda estirpe.

Sebastián Sawe. Fuente Externa

Por: Boris Luis Cabrera

La Habana, 31 dic (Prensa Latina) En 2025, el keniano Sebastián Sawe convirtió el asfalto en territorio propio y dejó claro que el trono del maratón mundial tiene un nuevo nombre, escrito a zancadas largas y silenciosas.

Hay corredores que esperan el momento y otros que lo fabrican. Sawe pertenece a la segunda estirpe. La suya no es una épica de alardes, sino de paciencia feroz, de respiración contenida hasta que el cuerpo, ese aliado entrenado al límite, dice basta para los demás y no para él. Esta temporada, el calendario aprendió a pronunciar su apellido dos veces con reverencia: Londres y Berlín.

En la capital del Reino Unido llegó su irrupción definitiva. Bajo un cielo que parecía observarlo con lupa, Sawe aguardó como quien esconde un cuchillo en la manga. Cuando el pelotón aún creía en la tregua, atacó después del kilómetro 30, saltándose una estación de bebida como si el cansancio no fuera con él.

Allí, donde la maratón empieza a cobrar peaje, corrió los cinco kilómetros más crueles en 13:56 minutos y convirtió el murmullo en certeza. Cruzó cerca del Palacio de Buckingham en 2:02:27 horas, solo, con un minuto de ventaja sobre Jacob Kiplimo y dejando atrás al campeón defensor. No fue solo su primera victoria en un Major: fue una declaración de principios.

Si Londres fue la proclamación, Berlín resultó la confirmación con sello de acero. En la Ciudad Fénix, Sawe salió a ritmo de récord del mundo, escoltado por liebres y por la ambición.

El calor, inesperado y traicionero, se encargó de borrar las utopías cronométricas. No las certezas. A 24 grados, cuando los récords empezaron a evaporarse, siguió empujando. Se quedó solo antes del kilómetro 25, sin más compañía que el clamor de las aceras y su propia disciplina.

Ganó en 2:02:16 horas, mejor marca del año, y aceptó el límite con la serenidad de quien entiende que la grandeza no siempre está en romper marcas, sino en sostener el mando. Tres maratones, tres victorias: Valencia 2024, Londres 2025, Berlín 2025. Las tres por debajo de dos horas y tres minutos. Una trilogía perfecta que lo instala en la conversación más exigente del fondo mundial, esa que, tras la trágica ausencia de Kelvin Kiptum, busca heredero para desafiar la barrera de las dos horas. Sawe no se apresura a reclamar coronas; prefiere ganarlas kilómetro a kilómetro, como quien edifica sin ruido.

Existe, además, una épica silenciosa fuera del cronómetro. En tiempos donde el atletismo keniano convive con sospechas, Sawe decidió correr también contra la sombra: solicitó 25 controles antidopaje sorpresa durante su preparación hacia Berlín. No fue un gesto publicitario, sino una postura. “Quiero que mi esfuerzo no se arrastre por el fango”, dijo. En un deporte herido, eligió ser evidencia.

Su personalidad se parece a su zancada: sobria, directa y obstinada. No busca el foco; lo atrae. Se formó en la paciencia del medio maratón, fue campeón mundial de ruta en 2023 y llegó a los 42,195 kilómetros con el oficio aprendido. En 2025, World Athletics lo nombró Atleta Masculino del Año fuera del estadio. El reconocimiento no lo cambió; lo confirmó.

Sawe corre como si escuchara una voz antigua que le recuerda que la maratón no se gana al principio ni al final, sino en el punto exacto donde el cuerpo quiere rendirse y la voluntad se niega.

Este año, Londres y Berlín fueron testigos de ese pacto íntimo. El resto del mundo, también: cuando Sebastián Sawe acelera, el tiempo no discute. Obedece.

mem/yma/blc

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