NUEVA YORK — El cambio de Jeff McNeil a los Atléticos el lunes pareció marcar un punto de exclamación para el presidente de operaciones de béisbol David Stearns. El núcleo de este equipo se ha ido para siempre. La forma en que los Mets lo configuren ahora jugará un papel significativo en determinar su éxito en el 2026.
Si bien todavía hay muchos caminos que los Mets pueden tomar este invierno, ciertas áreas serán puntos focales.
La ayuda ofensiva viene en camino… pero podría no ser lujosa
Aquellos que esperan que Kyle Tucker o Cody Bellinger aterricen en Flushing podrían ver sus deseos cumplidos… pero quizás solo si esos jugadores experimentan un mercado de agentes libres inesperadamente flojo.
Los Mets sí necesitan un jardinero y tienen toda la intención de añadir uno entre ahora y el Día Inaugural, protegiéndose contra la posibilidad de que el prospecto Nro. 2 Carson Benge no esté listo para contribuir de inmediato. Pero los Mets no quieren bloquear a Benge, y no quieren comprometerse a largo plazo con un patrullero que venga de afuera si no es estrictamente necesario.
En este caso, los directivos de los Mets no lo ven como estrictamente necesario. Después de haber tomado la difícil decisión de dejar ir a Pete Alonso, los Mets no están ansiosos por firmar a otro jugador con un contrato a largo plazo que lo lleve hasta mediados o finales de sus 30. Filosóficamente, Stearns no se opone a los contratos largos. Pero varios factores juegan en su contra para otorgar otro este año, incluyendo el hecho de que, en general, no es un grupo de agentes libres fuerte.
El año pasado, los Mets le dieron al dominicano Juan Soto un pacto de 15 años porque lo consideraban un futuro miembro del Salón de la Fama que llegó a la agencia libre a la inusual edad de 26 años. Este año, no existe tal pelotero, lo que hace poco probable que los Mets realicen una firma escandalosa a menos que puedan conseguir a un agente libre de primer nivel con un contrato a corto plazo. Se sienten cómodos llegando a la próxima temporada con una ofensiva ligeramente menor a la que tuvieron este año, dado que algunos de sus prospectos están casi listos para contribuir.
Si los Mets no consiguen a Tucker o Bellinger, también existen alternativas en el mercado, incluyendo a su antiguo jardinero central Harrison Bader. Y, por supuesto, siempre está el mercado de cambios.
La rotación sigue siendo un área de preocupación
El pitcheo abridor ha sido una prioridad para estos Mets desde el comienzo de la temporada muerta y continúa siéndolo hoy. Idealmente, los Mets conseguirán el tipo de abridor de primera línea que podría impactar en los playoffs. Pero al igual que con los jardines, los Mets preferirían no atarse a un contrato a largo plazo que no “envejezca” bien. También han rechazado en gran medida las opciones en el mercado de cambios, que ha resultado ser igual de costoso.
La buena noticia es que el pacto de siete años y US$210 millones de Dylan Cease no reajustó el mercado de la manera en que otros abridores agentes libres podrían haber esperado. El domincano Framber Valdez, el venezolano Ranger Suárez y Zac Gallen se encuentran entre esos abridores que aún están disponibles, y es totalmente posible que algunos de ellos vean sus opciones caer a un nivel donde los Mets podrían sentirse cómodos. De lo contrario, los directivos del club de Queens mantienen la confianza en su capacidad para encontrar joyas en lo más profundo del grupo de jugadores disponibles, a pesar de la falta de éxito que tuvieron al tratar de hacer eso mismo el año pasado.
Incluso más que un abridor de primera línea, los Mets quieren a alguien que pueda añadir estabilidad –es decir: innings– a su rotación. Después del 2025, sería difícil para ellos contar con Kodai Senga o Sean Manaea para eso, y muchas de sus otras opciones para la rotación son jóvenes y relativamente inexpertas.
Se está formando un nuevo núcleo de jugadores de posición
Los Mets no se propusieron desmantelar el núcleo este invierno, pero eso se debió principalmente a que las implicaciones no eran sencillas. Si bien siempre fue posible que los Mets dejaran marchar a Alonso, por ejemplo, encontrar un socio para un cambio por Brandon Nimmo y su gran contrato no era una garantía. Lo mismo para McNeil, cuyo salario había superado su producción hace mucho tiempo.
Pero los Mets se desprendieron de esos tres jugadores, lo que debería permitir que un nuevo núcleo se consolide. Eso incluye a Soto y el boricua Francisco Lindor, por supuesto, y luego… ya veremos.
Benge debería ser un factor en algún momento del 2026 y, si los Mets se salen con la suya, por mucho tiempo después de eso. Brett Baty tendrá todas las oportunidades para comenzar en la tercera base, mientras que Mark Vientos, el dominicano Ronny Mauricio y el venezolano Luisangel Acuña permanecen en casa (por ahora).
Más pertinentemente, los Mets tienen una emocionante ola joven de prospectos en camino, como Benge, Jett Williams, A.J. Ewing, Nick Morabito y otros. No todos se convertirán en parte del próximo núcleo. Pero algunos de ellos ciertamente lo harán.
Via: MLB.com
