
Por Héctor García
Varios amigos me han escrito, uno desde Sinaloa, otro del Distrito Nacional y el tercero desde Venezuela, comentando las declaraciones de la Federación Cubana de Béisbol y Softbol sobre su exclusion de la Serie del Caribe, ahora de Guadalajara.
—0—
Cuba había sido invitada por los anfitriones de Venezuela, lo que aceptó la Confederación de Béisbol del Caribe. Los hermanos cubanos particiiparían con todos los gastos cubiertos, inversion que el equipo de México, no podía hacer.
—0—
Los nombres de los colegas, los voy a omitir, no por sugerencia de ellos, sino nuestra, en vista que me escribieron a modo personal, pero sus contenidos los encuentro de tanto interés que me permiti su publicación. Veamos
—0—
Dice el mexicano:
La Federación Cubana de Béisbol y Softbol calificó como irrespetuosa su exclusión de la Serie del Caribe 2026, una reacción que llamó la atención no solo por su tono, sino también por lo tardío del pronunciamiento.
—0—
Según el texto difundido por medios oficiales en la isla, la invitación para participar en el torneo —previsto originalmente para celebrarse en Caracas— habría sido cursada desde Venezuela y avalada por la Confederación de Béisbol Profesional del Caribe (CBPC), organismo que, aseguran, no se ha comunicado directamente con Cuba.
—0—
Este punto resulta clave, porque si la invitación partió de Venezuela, corresponde entonces a ese país establecer el contacto inicial y no a la CBPC de manera independiente.
—0—
Conviene recordar que la CBPC está integrada por sus ligas miembro: Venezuela, Puerto Rico, República Dominicana y México. Fueron precisamente Puerto Rico, República Dominicana y México quienes, reconociendo el esfuerzo organizativo de la Liga Venezolana, decidieron no trasladarse a Caracas.
—0—
Las razones son evidentes: preocupaciones de seguridad para sus delegaciones, compromisos comerciales previamente adquiridos y recomendaciones expresas de las autoridades de sus respectivos países.
—0—
En el caso de Puerto Rico, sus jugadores poseen ciudadanía estadounidense y el gobierno de Estados Unidos ha recomendado no viajar a Venezuela. A esto se suma un aspecto sensible para República Dominicana: la inexistencia de embajada o consulado dominicano en territorio venezolano, lo que dejaría a sus ciudadanos sin protección consular ante cualquier eventualidad.
—0—
Esa coyuntura obligó a buscar una sede alterna, y fue México, junto a la organización de los Charros de Jalisco, quien presentó una propuesta concreta.
—0—
La iniciativa recibió el respaldo y la aprobación de los presidentes de las ligas profesionales de Puerto Rico y República Dominicana, permitiendo así la continuidad del evento fuera de Caracas. Resulta curioso que, según la conveniencia del momento, la Federación Cubana destaque su condición de país fundador de la CBPC.
—0—
Es un hecho histórico incuestionable, como también lo es que, tras 1960, Cuba se desvinculó de la Confederación, provocando una interrupción de casi una década en la celebración de la Serie del Caribe.
—-0—
Queda en el aire una pregunta fundamental: ¿cuáles son exactamente los “compromisos establecidos y el diseño aprobado” por Cuba para asumir su participación? Más aún, ¿estaría la Federación Cubana en condiciones de cubrir los derechos de participación, boletos aéreos, viáticos, hospedaje y derechos de transmisión? Para La Habana, el cambio de sede no justifica su exclusión, pero la realidad operativa cuenta otra historia.
—0—
La Liga Venezolana propuso ante la Asamblea de Presidentes un torneo 2026 con ocho equipos, incorporando como invitados a Panamá, Colombia, Curazao y Cuba, apoyándose en la posibilidad de jugar hasta cuatro partidos diarios y en el uso de dos sedes, Caracas y La Guaira, como ocurrió en 2023.
—-0—–
Ese esquema, viable dentro de Venezuela, resulta prácticamente imposible de replicar en una sede alterna y, sobre todo, con apenas 45 días para organizar el certamen. Era evidente que un formato con tantos equipos no podía sostenerse fuera de ese contexto.
—-0—–
No dispongo de todos los elementos que llevaron a la Liga Arco Mexicana del Pacífico a inclinarse por Panamá como país invitado, pero hay antecedentes que pesan: Panamá, al igual que Cuba, es país fundador de la CBPC, defendió la continuidad de la Serie del Caribe y organizó con éxito el torneo de 2019 cuando tampoco pudo celebrarse en Venezuela. Además, fue campeón como invitado y cuenta con la solvencia económica necesaria para asumir su participación.
—-0—-
Conviene abandonar la idea de que Cuba sigue siendo el centro del béisbol caribeño. Ese tiempo quedó atrás. Sus más recientes participaciones en la Serie del Caribe han sido discretas, un factor que tampoco ayuda a generar interés. La afición actual no paga una boleta para ver lo que “una vez fue”, sino lo que es hoy. Para la Federación Cubana, la no celebración del torneo en Caracas constituye un “despojo”, aunque hasta ahora no se ha conocido un comunicado de la Liga Venezolana de Béisbol Profesional en esos términos.
—0—-
Con una Serie Nacional que atraviesa serias dificultades, sin una liga profesional propia y con sedes futuras ya definidas en Hermosillo 2027 y Miami entre 2028 y 2030, el panorama para la participación cubana en la Serie del Caribe luce cada vez más complejo. El futuro se vislumbra gris, con más sombras que certezas.
—-0—-
Con relación a la opinión del fraterno colega mexicano, no tengo comentarios. Ustedes si.











