
Por Pedo Almonte
Señor.
Luis Rodolfo Abanader Corona.
Honorable Presidente de La Republica
Presente.
Señor Presidente:
No debe de extrañarse, si tiene a bien leer la presente, que el suscrito deba escribirle al más alto representante del Poder Ejecutivo, al Presidente de La República, en mi condición de deportista/ duartiano, actividades que elevan mi espíritu de manera exponencial.
Señor Presidente, como bien sabe, Santo Domingo , va a celebrar a partir del mes de julio/agosto del año 2026, Los XXV juegos Centroamericanos y del Caribe, 2026. Ya las obras que están siendo intervenidas avanzan a buen ritmo, dentro de la ruta crítica de los juegos, sin embargo, honorable, en el caso del prócer, del Padre de La Patria, que posee un busto de 2.5 pies y una rotonda escondida en el interior del majestuoso parque deportivo de 20 m2. No se oye, ni siquiera sembrarle una flor, dentro del programa de esas millonarias inversiones que realiza el gobierno en el mayor parque que lleva su nombre en RD. “CENTRO OLIMPICO JUAN PABLO DUARTE.”
He escrito múltiples artículos, en distintos medios, refiriéndome a lo disminuido que se encuentra Duarte en el medio de instalaciones deportivas que llegan a medir hasta 100 metros de alto, como lo es el Palacio de los Deportes Virgilio Travieso y que tienen áreas de unos 20 mil m2, como lo es el Estadio Félix Sánchez.
La familia del inmortal, Juan Ulises García Saleta, (Wiche) hoy día resalta su figura, como Padre del Olimpismo Dominicano, con un nuevo monumento, merecidísimo en su honor, pero su excelencia, mas encumbrado y exaltado que JUAN PABLO DUARTE Y DIEZ, no puede estar ningún otro, no solo en el COJPD, sino donde quiera que haya un dominicano.
Es esa la razón por lo que le solicito, en nombre del deporte, del prócer y del país, que Duarte, sea incluido en las intervenciones del Centro Olímpico, para que sigamos exclamando los dominicanos las palabras: DIOS PATRIA Y LIBERTAD Y los deportistas, “ Altius, Fortius, Citius, que significa, más alto, más Fuerte, más rápido.
Con admiración y respeto, me despido esperanzado,
deferentemente,
Pedro R. Almonte.
Deportista/duartiano













