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Opinión

Deporte Global: ¿Existe o no béisbol en República Dominicana?

Como colaborador de este periódico, aclaro que esta afirmación no busca generar controversia ni perseguir “likes” como dicta la tendencia actual.

Estadio Quisqueya, Juan Marichal. Fuente Externa

Gilberto Soriano Román

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Recientemente abrí mi cuenta de TikTok y subí un video que se volvió viral, como parte de un experimento para observar el comportamiento del algoritmo. Al igual que en otras redes, el video alcanzó en menos de 24 horas más de 50,000 visualizaciones, miles de “likes” y cientos de comentarios. En ese breve clip afirmé que en República Dominicana no hay béisbol.

Como colaborador de este periódico, aclaro que esta afirmación no busca generar controversia ni perseguir “likes” como dicta la tendencia actual. Está sustentada en una investigación fácilmente verificable, y que muchos dominicanos conocen, aunque pocos se atreven a decirlo en público.

Hoy comparto esta primera entrega, de dos, de un fenómeno social porque República Dominicana es un referente internacional de beisbol. Abordaremos la realidad del béisbol y la industria del beisbol y su impacto en el orden social con la esperanza de que en el futuro se impulse un cambio radical en la forma en que opera el béisbol en nuestro país.

LA INDUSTRIA DEL BEISBOL UNA REALIDAD MEDIÁTICA

Como bien señaló Mario Vargas Llosa en su obra, somos la “Civilización del Espectáculo”. En República Dominicana, se ha instalado la percepción, potenciada por la televisión y las redes sociales, de que el béisbol estadounidense es el béisbol dominicano. Recientemente concluyó la Serie Mundial, y gran parte del pueblo estuvo pendiente de cada jugada.

Durante los nueve meses que dura la temporada de la MLB, se genera la ilusión de que el béisbol está activo en nuestro territorio. La televisión tiene el poder de moldear conductas colectivas, pero lo cierto es que ni las Grandes Ligas, ni el Clásico Mundial, ni LIDOM, ni las selecciones nacionales reflejan nuestra identidad deportiva.

La única conexión es que los jugadores son dominicanos, pero su identidad deportiva pertenece a quien les paga. Por tanto, el béisbol de la MLB no impacta los indicadores sociales ni económicos del país. Su aporte a la macro y microeconomía es prácticamente nulo, ya que entre el 60% y el 80% de los ingresos generados por los contratos se quedan en territorio norteamericano, entre impuestos y gastos. El resto circula en el sistema financiero de ese país.

En consecuencia, la industria del béisbol aporta muy poco al fisco dominicano.

LIDOM: ¿LIGA PROFESIONAL O ENTRETENIMIENTO?

Una liga profesional debe tener una razón social: estar conectada con la estructura educativa y deportiva del país, motivar, inspirar y contribuir al desarrollo nacional. En Estados Unidos, por ejemplo, no existe forma de acceder a una liga profesional sin pasar por el sistema educativo.

En República Dominicana, la situación es insólita. Ningún dominicano puede acceder directamente a LIDOM. La razón es clara: no contamos con un sistema deportivo nacional. Para llegar a la liga profesional dominicana, primero hay que pasar por un equipo de Grandes Ligas.

Además, el béisbol profesional en nuestro territorio solo se juega durante dos meses y medio. LIDOM funciona como una liga menor de la MLB, con la diferencia de que quien la sustenta es el pueblo dominicano. Lo que recibe a cambio es únicamente espectáculo y entretenimiento, cuando su verdadera responsabilidad debería ser impulsar el desarrollo nacional.

Los jóvenes dominicanos deberían tener la oportunidad de llegar al profesionalismo. Para ello, se necesita una estructura que organice e incentive el béisbol desde la escuela, dando sentido y dirección a la liga profesional como motor de desarrollo.

Todo esto está respaldado por la Ley General de Deportes 356-05, específicamente en su artículo 75, que establece que las actividades deportivas profesionales deben contribuir al desarrollo del deporte aficionado. Sin embargo, la industria del béisbol está perturbando el orden social del país.

El gran reto es entender que el deporte no es solo una práctica, sino un mecanismo de ordenamiento social que impacta todos los ámbitos de la vida nacional. Por esta razón, la Asociación Dominicana del Derecho Deportivo (ADODEP) exige al Estado la regulación de la industria del béisbol, para proteger los derechos de nuestros niños, jóvenes y adolescentes, y garantizar que el deporte sea un instrumento de desarrollo nacional.

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